¿Cómo? ¿que aún no conoces Pamplona?. Pues ya te lo advierto. Te estás perdiendo una de las ciudades más bonitas del país. Monumentos tan impresionantes como sus murallas, gastronomía de la buena y ambientazo a raudales son sólo algunas de las cosas que puedes disfrutar en la capital de Navarra. Acompáñame en un viaje por los planes imprescindibles que hacer y que ver en Pamplona en un fin de semana perfecto.

Lo ideal es que le dediques al menos dos días a la ciudad. Un fin de semana completo en el que conjugar las visitas imprescindibles en el centro histórico con otras algo más alejadas y no menos interesantes. Y, por supuesto, muchísima gastronomía.

Las impresionantes murallas de Pamplona

Era imposible que no encabezara la lista. Y es que estamos hablando de unas murallas abaluartadas con una extensión total de 5 kilómetros. Estos muros impenetrables han crecido y evolucionado durante siglos al mismo ritmo que la ciudad. Así hoy podemos disfrutar de un agradable paseo entre bastiones, baluartes y fuertes con vistas privilegiadas sobre la ciudad, para acabar en la impresionante Ciudadela. El conjunto es imponente, por lo que te recomiendo tomarte su visita con tranquilidad.

Los rincones de muralla que más me gustaron fueron los cercanos a la Plaza de la Virgen de la O por las vistas y el Parque de la Taconera donde jardines y murallas se conjugan a la perfección, el Paseo del Redín por tener los mejores miradores y, por supuesto, la Ciudadela y su perfecta forma pentagonal. También muy recomendable un paseo a orillas del río Arga. Nos dará otra perspectiva de la muralla junto a rincones tan bonitos como el del Puente de la Magdalena.

La ciudad vieja amurallada junto al río Arga.

Pero antes de todo ello, os aconsejo visitar el Centro de Interpretación de las Fortificaciones de Pamplona. Aquí entenderemos la historia y evolución de unas construcciones defensivas que siempre han caracterizado la ciudad. Es completamente gratuito y, bajo mi punto de vista, merece la pena.

En la actualidad, las murallas se han convertido en el escenario perfecto para una montón de actividades de ocio. Éstas viven su momento cúlmen durante el mes de agosto gracias al Festival de las Murallas, del que ya os hablaré más adelante.

Plaza del Castillo

Centro neurálgico y lugar de ocio por excelencia en la capital de Navarra. En Pamplona todos los caminos llevan a la Plaza del Castillo, un enorme espacio porticado rodeado de elegantes edificios del siglo XVIII y un bellísimo kiosko central. Sin duda, un buen lugar para comenzar nuestra visita turística por el día y terminarla por la noche degustando los famosos pinchos pamplonicas.

Entre todos los bares y restaurantes que inundan la plaza, cabe destacar el elegante Café Iruña. Un local precioso que nos traslada a la belle epoque y a aquellas tardes interminables de San Fermín con clientes tan ilustres como Ernest Hemingway. Hay una salita con una estatua del escritor a tamaño real.

Catedral de Pamplona

Estamos ante una auténtica joyita gótica dentro de un envoltorio neoclásico. Así es la Catedral de Santa María la Real, una mezcla de estilos que esconde grandes tesoros. Entre ellos, destacan los sepulcros reales de Carlos III de Navarra y Leonor de Castilla y el claustro gótico, considerado como uno de los más bellos de su estilo. Y, aunque actualmente se encuentra en obras de restauración, doy fe de ello.

La visita, que incluye la iglesia, el claustro, el museo y la casa del campanero se puede hacer por libre o en modalidad guiada, ambas por el mismo precio (aquí puedes consultar horarios y tarifas). Y muchísimo mejor si acudís en horario de mañana. De lunes a sábado a las 11:15 horas se hace una visita a la torre donde se encuentra la Campana María. Las vistas de Pamplona desde lo alto del campanario son de lo mejorcito.

Ayuntamiento y Plaza Consistorial

El Ayuntamiento de Pamplona es uno de los edificios más espectaculares que ver en Pamplona. Se encuentra situado en la Plaza Consistorial, junto a la oficina de turismo, y su importancia radica en la bellísima fachada de corte barroco y vivos colores. La plaza en general es muy bonita y hay un gran ambiente a todas las horas del día.

Como nota curiosa os diré que esta plaza, cada 6 de julio durante el Chupinazo de San Fermines y aunque parezca mentira, puede acoger hasta 12.500 personas al mismo tiempo. ¡Tres personas por metro cuadrado!. Cuando veáis el tamaño real de esta plaza entenderéis que estas cifras son una locura.

Iglesia de San Saturnino

¿Sabías que San Saturnino es el patrón de Pamplona?. Seguro que esto no te lo esperabas ¿eh?. Pues sí. San Saturnino o San Cernin -se le puede llamar de diversas formas- es el verdadero patrón de la ciudad. Y la iglesia levantada en su honor es, para mí, una de las más bonitas de Pamplona. La podrás distinguir por sus dos torres y un atrio porticado que nos invita a acceder al interior.

Capilla de San Fermín

¿Y si San Saturnino es el patrón de Pamplona, qué significado tiene San Fermín para la ciudad?. Para empezar, este famoso santo es copatrón de Navarra, pero os contaré algo más de su historia para entenderlo. Pues resulta que San Fermín fue discípulo de San Saturnino y llegó a convertirse en el primer Obispo de Pamplona, su ciudad natal, durante el siglo III. Más tarde, lo sería también de la localidad francesa de Amiens. Allí murió decapitado y descansan sus restos.

Y después de toda esta historia, sólo me queda contaros que la capilla de San Fermín se encuentra en el interior de la Parroquia de San Lorenzo. Merece la pena entrar a disfrutar de esta preciosidad y observar la curiosa mezcla que se produce entre turistas curiosos y devotos. Un imprescindible en toda regla que ver en Pamplona.